Hoy me siento especialmente fracasada.
Me desperté con la ansiedad clavada en el pecho y la garganta cerrada. Capaz es porque hoy es el Día del Trabajador y, sinceramente, lo único que quiero hacer es quedarme en la cama, sin pensar. Siento que me lo merezco. Pero claro, hoy no es un día feriado para freelancers. Mucho menos para quienes trabajamos para nuestros propios sueños.
Mientras escribía mi journaling esta mañana, terminé despotricando sobre todo lo que siento que no logré. Hoy debería ser un día para celebrar todo lo que he trabajado. Pero en cambio, me cuesta no sentir que fracasé. ¿Dónde están los grandes resultados? ¿Los premios, los logros, los hitos dignos de celebrar?
Durante mucho tiempo, el fracaso fue el enemigo a vencer.
Me enseñaron que equivocarse es debilidad. Que si no sabés algo, mejor callate. Que solo se aplaude lo que sale bien —y rápido.
Pero, ¿y si fallar fuera parte esencial del proceso creativo? No solo del mío. Del tuyo también. Del de cualquiera que alguna vez intentó hacer algo que nunca antes había hecho.
¿Y si permitirnos no saber nos abriera, justamente, las puertas a lo que estamos buscando?
La cultura del “hustle” —esa que nos muestra a influencers despertándose a las 4 a.m. para hacer burpees y leer un libro de negocios antes del amanecer— nos empuja a estar siempre en movimiento. A producir sin descanso. A medir nuestro valor por la cantidad de cosas que logramos tachar de la lista.
En ese mundo, descansar es perder tiempo. Equivocarse es retroceder.
Pero yo empiezo a creer que es justo lo contrario. Que en el descanso aparece lo que no vemos cuando estamos corriendo. Que en el error se esconde la versión más cruda y real de lo que todavía no aprendimos —pero estamos a punto de aprender.
Fallé muchas veces.
Y hoy, con la ansiedad abrazada al cuerpo, siento que vuelvo a fallar.
Pero también sé que cada vez que me permití equivocarme, algo nuevo apareció.
Aprender a fallar no es resignarse.
Es animarse a hacer aunque no sepas. A avanzar aunque no estés lista.
Es entender que el error no es lo contrario del éxito, es el terreno donde el éxito aprende a crecer.
Así que si hoy también sentís que no estás a la altura, que te gustaría borrar todo y empezar de nuevo, te abrazo desde este lado.
Fallar también es crear.
Y también, feliz día del trabajador.
Con cariño,
Mer
No sabía que necesitaba estas palabras hasta que las leí, y además las leí a la 1:11 ✨